El ser humano es considerado una síntesis especial entre la razón y el sentimiento.
La pasión, es un sentimiento de gran interés que nos permite conocer un tema y elaborar mejor una opinión sobre ello. Sin embargo, la pasión tiene un límite en el cual comienza a aparecer el sentimiento de obsesión, que te impide razonar. Por lo tanto, la razón frena la pasión y viceversa. De este modo, ambos son elementos opuestos. Un pensamiento racional controla la pasión. Sin embargo, anteponer la razón a la pasión no implica no sentir esta última.
En mi opinión, el ser humano intenta controlar las pasiones que saben que pueden hacernos daño, aunque estas siempre vencen finalmente. En cambio, las pasiones que sabemos que no nos hacen daño, las animamos a que surjan y no las frenamos.
Un individuo cuyo pensamiento es únicamente racional, no le permite elaborar su propia opinión sobre un asunto porque no muestra gran interés en él. Al igual que un individuo cuyo pensamiento está centrado únicamente en sus sentimientos, no puede mantener una opinión objetiva sobre un tema. Sinceramente, pienso que las personas debemos controlar ambos elementos de manera razonable, de tal modo que podamos mantener nuestra propia opinión sobre una cuestión basándonos en hechos objetivos.
Y es que, es imposible confiar en la veracidad de lo que ven nuestros ojos si nuestra mente está desenfocada…
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